domingo, 6 de marzo de 2011

UN DIA DE PESCA EN EL HUEBRA


Siempre había oído hablar
del famoso Suco Llano
como una cosa especial
donde pastaba el ganado.

Un día, allí reunidos,
en nuestra querida peña
acordamos ir a pescar
a esa parte del río Huebra.

Este grupo se compuso
por ocho hombres decididos,
Pepe la Manuela y yo,
Toño Diego y Marcelino.

Jose Mari, Gelin Perez,
Manolo el Mielgo también
y el que conoce el terreno,
el buen amigo Miguel.

Fuimos hasta el Cuadrazal
con dos autos Todo-Terreno,
allí dejamos los coches
para seguir andando luego.

El sendero era hermoso,
entre escobales y zarzas
había ovejas pastando,
vacas y algunas cabras.

Ya enfilamos el gran cañón
llamado del Suco Llano,
con unas hiervas que había
se ha resbalado mi hermano.

Y los buitres acechando
desde las piedras más altas,
si alguno se cae al suelo
seguro que habrá carnaza.

Toño Diego se resigna,
tiene miedo a resbalar,
decide esperar sentado,
la bajada le va mal.

El pozo la Lamia avistamos
con su hermoso caudal,
con sus aguas cristalinas
que te invitan a bañar.
 
Ya llegamos al gran pozo,
llamado Pozo la Lamia,
        era un placer contemplar
aquellas cristalinas aguas.

Manuel Mielgo y Gelin Perez
son expertos muy dotados
y deciden, con poco acierto
echar allí los trasmallos.

Ni un solo pez en las redes,
ni uno solo osó entrar
pero el baño que nos dimos
es digno de mencionar.

Miguel que conoce aquello
como la palma de la mano
nos llevo a otros pozos
que hay bajando río a bajo.

Aquí si sacamos peces,
una, otra y otra vez,
las redes salían llenas,
era gozoso de ver.

Tenemos las bolsas llenas,
debemos de regresar,
la subida va a ser dura,
el sol empieza a brillar.

He disfrutado en el río
como un perfecto cosaco,
saltado de piedra en piedra,
bañándome en cada charco.

Escuchando a Miguel
que nos iba relatando
todo lo que allí vivió
hasta cumplir veinte años.

Nos enseño el molino
donde molían el grano
y unos dibujos rupestres
que ya están medio borrados.

Pero espera la subida,
yo no podía imaginar
que subiendo aquella cuesta
lo fuera a pasar tan mal.
 
Aquí empieza la batalla,
la que tengo que librar,
el Suco Llano no es llano,
es difícil de escalar.

El aire no me llegaba,
me sentía asfixiar,
las peñas me daban vueltas
me podia desmallar.

Gracias a los amigos,
especialmente a Manolo
que fue tirando de mi ,
no quiso dejarme solo.

Aunque sufrí en la subida,
mucho más de lo normal,
valió la pena este día,
valió la pena ir a pescar.

Valió la pena juntarnos
mas de treinta en el corral
recordando las anécdotas
que tuvimos que librar.

Valió la pena el paisaje
que pudimos divisar,
nidos de buitres y águilas,
es difícil de olvidar.

El pozo la Lamia es bello,
la lastra lo es mucho más,
las ollas que alli encuentras
de inmensa profundidad.

No se si tendré ocasión
de volver una vez más
pero si hay que volver yo vuelvo
aunque lo pasé muy mal.
A. Diego



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