Por los encinares de mí amado pueblo
pueblo de rebaños de ovejas, corderos
dicen los pastores que hay un lobo negro
que duerme en el monte y no es fácil verlo,
llegada la noche despierta el lobezno
y busca piaras con corderos tiernos.
Pero a los pastores no les gusta eso,
han criado unos perros que no tienen miedo
y con collarines atados al cuello
defiende al rebaño aun mejor que el dueño.
El lobo lo intenta por si duerme el perro
y todos los días escapa corriendo
se esconde en el monte con hambre y con miedo.
Del hambre se dice que agudiza el ingenio
se da cuenta el lobo de ver perra y perro
tendré que esperar a que estén en celo
y mientras lo hacen le robo el cordero.
Mientras tanto caza y coge conejos,
también va de pesca y come cangrejos
escarba la tierra y come tubérculos,
a pesar de todo el lobo anda hambriento.
Nervioso anda el lobo y nada contento
andaba escondido guardando silencio
hasta que a la perra vio que estaba en celo
y pensaba el lobo esta noche acierto.
Y llego la noche se acerco en silencio
vio como los perros estaban jodiendo
y salto a la finca a por los corderos
las ovejas corren se arma un gran revuelo
con una escopeta se despierta el dueño
que se había dao cuenta de lo de los perros
y allí en una choza estaba durmiendo.
Disparo dos veces pero sin acierto
el lobo con hambre salio de allí huyendo
y mientras corría y se corría el perro
para si decía mala potra tengo
los de esta familia se saben el cuento
mientras jode el siervo, el dueño al acecho.
Ángel
Arroyo
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