En mi pueblo dos familias vivieron siempre enfrentadas
una creía ser mas rica y la otra no la tragaba
fíjense por que motivos en mi pueblo se enfrentaban,
otra vez la puta envidia a dos familias separa.
Se dieron una paliza uno enseño la navaja
la gente al verla corría e intentaba separarlas
intervino la justicia y odio eterno se juraban.
Pero la vida es la vida los hijos se le casaban
a la vez tuvieron hijos y disputas y venganzas.
Ya los nietos han nacido del que enseño la navaja
naciendo un hermoso niño al que el abuelo educaba.
Le nace una bella niña a la familia enfrentada.
Le toco el mismo colegio, al salir se apedreaban,
Según dicen, los abuelos a los dos les achuchaban.
Cuentan que se dio un milagro se cruzaron sus miradas
y sin poder evitarlo allí mismo se abrazaban.
los chiquillos se escondían evitaban las miradas
todo el pueblo lo sabia pero nadie lo contaba.
Ya tendría los trece años cuando queda embarazada.
Se enteran las dos familias y se citan en la plaza,
gentes del pueblo acudían temiendo que se mataran.
A voces frente al gentío el padre del chico hablaba.
¡No quiero tener un niño que proceda de esa raza!,
¡Tampoco yo quiero sangre de quien saco la navaja!
Se soltaron los chiquillos de quienes le custodiaban
y dándose un fuerte abrazo en el centro de la plaza
los dos hablaron muy alto y claro se lo dejaban.
¡No quieren a nuestro hijo por orgullo y por venganza!
Los dos padres se abrazaron y vimos como lloraban,
las rencillas se acabaron y los chiquillos se casan
al poco tiempo nacía el niño y lo celebraban
y juntas las dos familias ese día se emborrachaban,
aquí ha triunfado el amor que normalmente no pasa
codicia, envidia y rencor son una gran amenaza
refúgiense en el amor y no pierdan la esperanza
Ángel Arroyo
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