Les cuento una historia
que vi en un correo,
como llego en prosa
,se la he puesto en verso,
deben de leerlo
porque esto, es la hostia.
Asturiana ella
y le llego el amor
de un muchacho joven
ella se prendo
preparan la boda
y ella prometió
de no comer fabes
y lo consiguió.
Les iba estupendamente
estaban enamorados
el día de su cumple años
su coche se ha estropeado.
ella llamo a su marido
pero decide ir andando
le llego el olor a fabes
de un restaurante de al lado
sin pensar en un instante
se comió dos o tres platos
pensó que le daba tiempo
de todo el gas expulsarlo.
y así paso, de camino
los gases le van llegando
y con mucho disimulo
a todos iba soltando.
Llego a casa y el marido
allí la estaba esperando
quiero darte una sorpresa
por ser hoy tu cumpleaños
y te llevare a la mesa
con los ojitos vendados,
siéntate hay no te muevas
que el teléfono ha sonado.
Allí se quedo tranquila
oyó a su marido hablando
pero sonaba su tripa
pedos siguieron llegando
el primero que salía
De un olor inaguantable,
su servilleta cojia
y empezó a mover el aire,
Pendiente de su marido
baya ha ser que terminase,
levanta el ancla y sacude
tres pedos inigualables
de olor y de resoplido
y nota que aun le quedan gases
levanta el culó y se dobla
y así sacudió el mas grande.
Moviendo la servilleta
intentaba darse aire
viendo que el marido cuelga
y viene ha felicitarle
al retirarle la venda
había ocho o diez comensales
sentaditos a la mesa
suegros, hijos jefes, padres
y empezaron a cantarle.
esa canción que se canta
cuando los años se hacen
no pudieron evitar
que ella se le desmayase.
Así termino la historia
de tantos pedos o gases
que sueltan las Asturianas
por comerse tantas fabes.
Ángel Arroyo
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