A la sombra un encino
Yo estaba sentado
Y presencie el nido
De un hermoso pájaro.
Estaban sus hijos
Dentro acurrucados,
Los padres llegaron
Para alimentarlos.
De pronto en el cielo
Una nube negra,
Se acerca advirtiendo
Que va haber tormenta.
Y vi que los padres
De aquella nidada,
A todos sus hijos
Cubren con sus alas.
Granizos descarga
La nube enlutada,
Gracias a los padres
Los hijos se salvan.
Dejo de llover
Y aquellos hijitos,
Pedían de comer
Abriendo su pico.
Los padres se marcan
Y en un momentito
Con comida llegan
Otra vez al nido.
Contentos los padres
Al ver que sus hijos
Tratan de arrancarles
La comida del pico.
Entonces pensé,
“Humanos y pájaros”
¡Somos igualitos!
Y me equivoque,
No somos lo mismo.
Los padres humanos
Cuidan a sus hijos
Y de ellos “esclavos”
Hasta que morimos.
En los pájaros cambia
Se marchan del nido
De hay en adelante
Se apañan solitos.
Sus padres no tienen
Que ayudarle al piso
Tampoco le ayudan
Con los nietecitos
Y tú mientras vivas
Eres, lo que he dicho.
Ángel Arroyo
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