Si ustedes van por castilla
y les gusta disfrutar
de una buena cocina
y dar gusto al paladar,
afinen bien el oído,
que les voy a presentar
de sus nueve provincias
la más rica variedad.
De Salamanca el Hornazo
hecho con amor y esmero,
con jamones y embutidos
ibéricos de Guijuelo.
Bacalao a la Zamorana,
o trucha del rió Tera,
guisada en fuente de barro
del pueblo de Pereruela.
Cangrejos a la Soriana,
la ternera o la perdiz,
las migas de la pastora
y la rica codorniz.
Morcillas de arroz en Burgos,
¡pero que rica vianda!,
con una olla podrida
y algún lechazo de Aranda.
Del Barco los aluviones,
y en Avila es tradición
que en su buena cocina
nunca falte el chuleton.
Los cangrejos en Herrera,
en Villaramiel la cecina,
típica sopa mondongo
y las jijas Palentinas.
Asados de Peñafiel
o liebre con chocolate,
en Valladolid es un lujo
si se hace con gracia y arte.
Aluviones de La Granja,
cochinillo o lechazo,
nunca deben de faltar
en el menú Segoviano.
El cocido Maragato,
en la Bañeza ancas de rana
el botillo en León
y caldereta Babia.
Cocidos, sopas de ajo,
embutidos, queso y jamón
son buenos en cada pueblo
de Casilla y de León.
Y..., como han comido bien,
señores que les aproveche,
de postre yo le sugiero
un tazón de arroz con leche.
O, yemas de Santa Teresa,
tarta ponche segoviana,
las rosquillas de Ledesma
o, mantecadas Sorianas.
Socorritos de Cervera,
repelaos de Bermellar,
empiñonados de Aranda
o las ciegas de Iscar.
Y todo esto regado
con vino de nuestra tierra,
los de Toro o Cigales,
de los Arribes o de Rueda.
Y para acabar brindaremos
con vino de la Región,
con la Rivera del Duero,
por Castilla y por León.
Ángel Diego.
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