Fue muy de madrugada
antes de salir el día
los verdugos conducían
por las calles de Granada
a Federico García.
Le sacaron a la orilla
en contra de toda España
sin mirarle ni a la cara
los verdugos cumplirían
las órdenes que le daban.
Y fue su ciudad Granada
la primera que sentía
las balas que él recibía
llenándole de metralla
el cuerpo y su gallardía.
El cuerpo se desplomaba
de ese hombre que escribía
las mejores poesías
que se han escrito en España
y que Franco no leía.
Siento su pena en mi alma
así arrancaron la vida
a Federico García
una panda de canallas
que nadie castigaría.
Verdugos, así les llaman,
asesinos yo diría
a todos los que asesinan
y también a quien manda
semejante cobardía.
Que era marica decían,
escribe en contra de España,
lo que hacia era darles caña
a los cuatro que querían
gobernarla con las armas.
Lo mataron en Granada
la ciudad donde nacía
por decir en sus poesías
que los que nos gobernaban
para nada nos servían.
Ángel Arroyo.
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