No fue un cuento, vida mía
no fue un cuento.
Te dije que te quería
y te colgaste a mi cuello
tu boca junto a la mía
sin respirar sin aliento,
fuiste abriendo tu boquita
y colé mi lengua dentro
bebiéndome tu saliva
de amor estaba sediento
tu te bebiste la mía
quedándonos casi muertos.
Que silencio, vida mía
que silencio.
Como el tronco de una encina
se fundieron nuestros cuerpos,
me llenaste de caricias
te llene de toqueteos,
te note sentirte viva
al notar vivo mi miembro,
acaricie tu vagina
con la punta de mis dedos,
esbozaste una sonrisa
echando la vista al cielo
¡Que momento, vida mía!
que momento.
Rápida como una anguila
te dejaste caer al suelo
separando tus rodillas
me dijiste, quiero, quiero.
Se apagaron las bombillas
se prendieron los luceros
a pesar de ser de día
se ilumino el firmamento
y nos mandaron un guía
para subirnos al cielo,
Era un sueño vida mía
era un sueño.
Ángel Arroyo
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