No era capad de dormir
aquella noche estrellada,
a fumarme un cigarrillo
me acerque hasta la ventana
y presencie desde allí,
que en una reja cercana
una mujer me llamaba
diciendo ven hasta aquí,
que quiero que tu me hagas
inmensamente feliz.
Me vestí y hasta allí fui
y vi aquella hembra en la cama
sin sujetador, con braga
atreviéndose a decir
que entrase y se las quitara.
Era una joven viuda
que estaba necesitada
que de noche actuaba así
pero de día iba enlutada
por que las gentes de allí
todo se lo criticaban.
Dijo que era un sin vivir
que casi nunca acertaba
que las gentes del lugar
na mas verla murmuraban
que si voy vestida así
que si es turbia mi mirada
que si ya a otro conocí
que al muerto no respetaba,
no me dejan decidir
intentan que este enclaustrada
y necesito salir
necesito ser amada
necesito sonreír
necesito ser regada
que las flores en abril
también son polinizadas,
yo no me debo rendir
a lenguas desvergonzadas
que me traten de impedir
el gozar y ser gozada
ellos pretenden de mi
que de viva sea enterrada.
Ángel Arroyo
No hay comentarios:
Publicar un comentario