miércoles, 30 de mayo de 2012

LA PERCHA DE CUERNOS


En un pueblo de León
ya bien metido en la sierra,
la Chonita se encontró
de ciervo una cornamenta.
A mi me la regaló
y después de darle vueltas,
una idea se me ocurrió:
hacer una hermosa percha.
Allí cuelgo el pantalón,
la camisa, la chaqueta
y les aseguro yo
que vale para más prendas.

Los cuernos estaban sueltos
y los uní a una cabeza,
que previamente hice yo
de un gran trozo de madera.
La cabeza a la de un ciervo
quise que se pareciera
y fue tan grande el acierto,
que en época de “berrea”
su pelo se pone erecto
y mueve su cornamenta
reclamando así el derecho
de montar a muchas ciervas.

Y por ahí se va el perchero
a cubrir su harén de hembras
pero hay un problema serio
que se lleva las chaquetas.
Las va arrastrando el ciervo
y al volver las trae desechas,
me recuerda a mi al carnero
al que ponían mandileta
pa tapar el agujero
que le brindaba la oveja
provocando el ganadero
que los corderos nacieran.

El resto del año cumple
con su misión el perchero,
está en una habitación
de la casa de mis suegros.
Colgamos mi esposa y yo
todo tipo de atuendos,
evitando a lo mejor
que estén tiraos por el suelo.
Si sienten curiosidad
de verlo yo se lo enseño,
pero deben evitar
la época en la que está en celo.

Ángel Arroyo.



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