lunes, 21 de febrero de 2011

EL LINCE IBERICO Y EL PERRO





Al lado de la fuente de la tejeda
Un teso lleno robles y de hojas secas
Escondite perfecto para las fieras
Zorros linces culebras y las jinetas

Allí había muchos huertos que se regaban
Con agua de esa fuente y la que sobraba
Marchaba transparente y camuflada
Por una regatera prefabricada.

Y  los huertos que hablo se utilizaban
Para sembrar fréjoles repollo y habas
Melones y sandias también sembraban
Y muy buenas cosechas se le sacaban.

Los animales tienen comida y agua
Tienen donde esconderse con las retamas
Tienen un teso grande al que nadie pasa
Y en ese teso hermoso es donde criaban

Una mañana hermosa de primavera
Bajaba  con ganado por la calleja
Mi perrito olfateaba huella dejada
Y sin pensarlo mucho al teso saltaba.

No tardo mucho el perro en sacar la presa
Veo que un hermoso lince se despereza
Y escapando del perro con gran viveza
Se encaramo en un roble con agudeza.

El perro desde el suelo  lo venteaba
Saltando sobre el tronco me lo cantaba
A mi me pedía ayuda con su mirada
Me decía que del árbol se lo bajara.

Yo me dirijo al roble donde esta el lince
Con piedras en la mano catorce o quince
Empecé a tirar piedras fue lo que hice
Difícil de atraparlo al perro le dije.

Era un lince saltando el animalito
De roble en roble salta muy ligerito
Al ver aquella escena me desanimo
Y a que me acompañara animo al perrito.
 
El perro no obedece sigue encendido
Sigo tirando piedras y nunca atino
Vuelvo a coger más piedras en el camino
Y me dirijo al roble donde ha subido

Muchas piedras le lanzo sin resultado
Hasta que veo que una, al lince ha tocado
El pierde el equilibrio y se cae del árbol
Y allí esta mi perrito para atacarlo.

El perrito de prisa por el se lanza
El lince de la caída va y se levanta
Y con sus largas uñas su cara araña
Por uno de sus ojos yo veo que sangra.

El perro queda tuerto el lince escapa
Se encarama en el roble que cerca estaba
Con su mirada abajo desafiaba
Al perrito y al dueño que le ayudaba.

Yo mire hacia mi perro y al verle tuerto
Vamonos que te cure luego volvemos
Hoy ha ganado el lince, luego veremos
Que otro día le buscamos yo te prometo.

Volvimos a los días bien lo recuerdo
Al perro sin el ojo notaba inquieto
Pero yo le animaba a saltar al teso
Yo notaba en su cuerpo que tenía miedo

Bajamos la calleja llego a la charca
Echo allí a las ovejas a que abrevaran
Y note que a la orilla no se acercaban
Y si las obligaba se amontonaban.

Entonces a mi perro le llega el viento
Noto que el lince  estaba muy cerca muerto
Aunque a el le jodia mucho estar tuerto
Me dijo con su rabo “estoy contento”.

Ángel Arroyo

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