Me comentaba un colega
lo injusta que esta vida,
Si necesitas no llega,
cuando llegó no podía.
Dos cositas me decía:
te voy hoy a comentar,
la una habla de comida,
la otra habla de quilar.
Yo disfrutaba comiendo,
yo disfrutaba quilando,
la uno me lo quita el medico,
la otra se fue arrugando.
Yo recuerdo de pequeño
que pedía de merendar,
decía la madre: No tengo
niño marchante a jugar.
Ahora pienso que mis padres
mucho debieron pasar,
yo no llegue a pasar hambre
pero si necesidad.
Nos llegó la emigración
y marchamos de los pueblos,
dinerito nos llegó
y otras cosas que os cuento.
Cogí enfermedades duras
que jodieron el invento:
.-No comas más que verduras.
era el consejo del medico.
Me acorde de lo de antes,
ahora que tengo dinero,
sigo con las necesidades
que tenia de pequeño.
A la edad de doce años
me llegó la pubertad,
cuando te engordan los granos,
pero te engorda algo más
que bajaba con la mano.
Siempre buscaba, recuerdo
corriendo por todos lados
un sitio donde meterlo
y dar descanso a la mano.
La cosa era complicada
pues había un cura en el pueblo
que a las mozas separa
para que no hubiese acuerdo.
Yo, con todo me atrevía,
casi nunca descansaba,
a muchas se lo pedía
pero ninguna lo daba.
La cosa era tan tremenda
que me llegué a plantear:
chico, si quieres meterla
te vas a tener que casar.
Pero ahora ya estoy casado
con una mujer madura
y cuando quiero hacer algo
no quiere ponerse a dura.
He tomado la viagra,
he tomado otros remedios,
se me pone entre dos aguas,
pero no puedo meterlo.
Me tengo que conformar
con lo que tengo en el cuerpo,
aunque no pueda quilar
un diez le tengo que dar
a la mujer que yo tengo.
Dos placeres nos dio Dios,
son el comer y el quilar,
a mi alguien me castigo,
no los puedo disfrutar.
Esto contaba el colega,
yo llego a estas conclusiones:
cuando puedes no lo tienes,
cuando lo tienes no puedes.
Ya me quiero despedir,
pero le dije al colega:
.-Creo que me ha pasado a mí
eso mismo que me cuentas.
Dios me quiso castigar...
pienso que es un ser divino,
no me deja disfrutar
pero me mantiene vivo.
Y me deja escribir versos
y leérselos a mis amigos,
mientras me deje hacer esto
yo le estaré agradecido.
Si tú no puedes comer,
si tú no puedes quilar,
busca otra cosa que hacer,
haz bastones o cayás.
Ya con esto me despido,
pensad que esto es verdad,
ahora sabéis que mi pijo
solosirve para mear.
Ángel Arroyo.
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