sábado, 19 de febrero de 2011

CAÑO DEL MESTO








Lejos bastante lejos
del pueblo mió
y cubierto de helechos
en un camino
hay un caño en el mesto
de agua  vacío.

Al lado de ese caño
hay un encino
donde todos los años
hace su nido
una paloma que amo
con desatino.

He visto tantas veces
ha esta paloma
nunca el nido aborrece
siempre controla
con cuatro raíces verdes
pues lo mejora

Y con un par de huevos
hermosos blancos
que casi desde el suelo
o subido al caño
te dan grandes deseos
de acariciarlos.

Esto llevo observando
ya varios años
la paloma y sus hijos
cagando el caño
cuando crecen los crios
se van volando.

Pero no se lo pierdan
que este pasado
una culebra negra
sube a es árbol
y moviendo su lengua
va olfateando.
 
La paloma presiente
que busca el nido
como madre valiente
abre su pico
contra ella arremete
es su  destino.

Yo que estaba allí cerca
viendo la escena
noto que la culebra
bufa y se enfrenta
ataca a la paloma
que se rebota
y llenita de plumas
quedo su boca.

La paloma lo intenta
otra vez de nuevo
finge que ya esta muerta
cayendo al  suelo
con su mirada incierta
y sin revoloteo.

La culebra que piensa
ya tengo presa
y gira la cabeza
y se da la vuelta
y baja de esa encina
tan corpulenta.

Se acerca a la paloma
que allí la espera
igual que una persona
se desespera
por salvar su nidada
y se la juega.

La paloma que aun vive
a la culebra inquieta
con su lengua percibe
que no esta muerta
y antes de que espabile
se lanzo, hacia ella.

Sorprende a la paloma
que no voló
se quedo allí enredada
se equivoco
no pudo abrir sus alas
y la pillo.

Entonces rebobino
y al ver la escena
por la madre y sus hijos
yo siento pena
corriendo me dirijo
hacia la culebra

La toco con mi palo
suelta a su presa
ahora viene lo malo
conmigo empieza
ella se fue enrollando
sobre una pierna.

Y saque mi navaja
mano temblona
y muy cerca posada
vi a la paloma
un poco acojonada
pero animaba.

A que yo diese un corte
aquella culebra
por que la ley del monté
estaba en la fuerza
ella con el engaño
y con su entereza
sino es por el atranco
sale contenta
y a la culebra engaña
con su estrategia.

Pero me agradeció
con su mirada
la paloma entendió
que  la ayudara
alzo su vuelo al cielo
dando las gracias
Ángel Arroyo

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